Caramelandia es un reino que fue surgiendo en estos bosques cuando llegaron de tierras lejanas una pareja de magos que viajando en una estrella fugaz, se dejaron caer aquí.
El primer tiempo fue difícil, tuvieron que acostumbrarse a comer hongos y frutos de los pinos, y de vez en cuando conseguían un poco de miel para endulzar todo lo que comían. Eso era esencial para ellos ya que siempre habían comido cosas dulces.
Con el tiempo y con su magia, le dieron una vida diferente a las flores, a los árboles y hasta las piedras del lugar. Eso ocurrió hace tanto tiempo que pocos recuerdan la historia con detalles.
Dicen que en aquella estrella junto con los magos, venía una tercera maga que al caer, quedó enganchada con sus alas en las altas ramas de un abedul y allí permaneció por largo tiempo.La pareja de magos nunca reparó en esto y creyeron que simplemente su amiga había
decidido seguir viajando.
Dicen que el tiempo que la tercera maga estuvo suspendida del abedul fue tanto que las lluvias y los vientos fueron lavando sus alas y su alma, eso hizo que cambiara su carácter y cuando finalmente pudo soltarse cayó a la tierra y permaneció semi enterrada varios meses. En ese período que le llevó la recuperación, ella sólo se alimentó de las sales de la tierra; por eso mucho tiempo después, no tan lejos de las tierras fundadas por aquella primera pareja de magos, llamada Caramelandia… surgió otro lugar que se conoció como “El reino de la Salada”.
Las versiones son muchas, inclusive sabemos del temor que muchos habitantes de Caramelandia sienten por el reino de la Salada, pero ciertamente nadie sabe dónde queda; sólo un ser llamado Duendinando, que aprendió a vivir bajo tierra, en los árboles o volando entre las flores es el único que conoce el camino.
Esos fueron los comienzos…
Hace algunos meses, un niño grande llamado Lautaro, soñó que en un pueblo de Santa Fe, estaba el viejo libro perdido de Caramelandia...
Así que allá fuimos, y preguntamos a cada chico, a cada abuelo, a cada mamá, si sabían algo respecto a su paradero... hubo respuestas de todo tipo; desde ir a buscar en internet datos sobre la perdida, hasta dudar sobre la localización del mágico reino.
Por suerte, nos llevó su tiempo, pero teníamos razón: LOS SUEÑOS SON REALIDAD y allí estaba.
Lo leímos... lo probamos... lo jugamos, y ahora estamos pensando quedarnos a vivir un tiempo en semejante sabroso país ...
Los abuelos de los chicos, se acercaron a la escuela a contar lo que pensaban sobre aquel libro... y cada uno dio su aporte al "paradero"... además nos enriquecimos escuchando sus bellas historias de vida.
Después salimos por las calles del pueblo a preguntar a los vecinos si nos permitían buscar en sus casas... QUERÍAMOS ENCONTRARLO!!
Mientras tanto iban apareciendo recetas de RIQUÍSIMAS golosinas... y las probamos a TODAS... no era cuestión de esperar la aparición del libro, aburriendonos...
Algunos probaban antes de llevar a la mesa... pero CUÁNTO NOS DIVERTIMOS!!
Hicimos una buena cantidad para que probara toda la escuela y los vecinos que quisieran...
Y POR FIN APARECIÓ!!!
Acá el grupete que contó su historia, actuándola en la Feria del Libro... cuando ya teníamos la pancita bien llena de cosas ricas... será por eso que hay tanta sonrisa???
Por supuesto aparecieron todos los chefs autodidactas que querían anotar las recetas para después practicarlas en casa.
En una vieja cocina abandonada APARECIÓ EL LIBRO... la casa tenía más de 100 años... tal vez sería por eso que ya no quedaba gente en el pueblo que recordara nada sobre el libro.
El libro de Caramelandia pasó por todas las manos... y por todos los corazones...
Y por fin llegó la Feria del libro y todos jugaron, leyeron, aprendieron y NOS ENSEÑARON... que para ser niño sólo es necesario TENER GANAS!!
Los chicos descubrieron que Caramelandia tiene un alfabeto diferente al que ellos conocían, y tanto hicieron, hasta que lo descifraron, y así conocieron más cosas de ese lejano reino... además... se animaron y empezaron a escribir cartas a sus amigos con el nuevo idioma aprendido!!
Marta aprovechó una alfombra mágica hermosa y los invitó a "relajarse" y escuchar unos cuentos... ¿relajarse?
¿quién dijo que no lo estaban?
pueden ver la cara de preocupación que tienen todos???
Fue tanta la emoción que narradores, músicos, actores y talleristas comenzaron a buscar en internet, para ver si encontraban más datos de aquel país.
Mientras tanto los chicos contaban y actuaban los cuentos que más le gustaban... aquí: "La princesa del poroto" en una versión libre de Beatríz Actis.
Y los más chiquitos, en el jardín, invitaron a Caperucita a tomar el te y le prepararon unas riquísimas galletitas de plastilina!!
EL REINO DE CARAMELANDIA por los chicos de la Escuela N° 323 de San Jerónimo Norte
GENIOS TOTALES Y ABSOLUTOS!!
para qué exagerar...
y colorín colorado... este cuento... NO SE HA TERMINADO...
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