lunes, 18 de agosto de 2008

LAS BALLENAS... ese bichito maravilloso




Después de mucho pensar sobre qué contarles sobre mi maravilloso viaje para contemplar las ballenas más de cerca..., regalito de Cristina... GRACIAS!!, decidí que lo más justo era presentarles en este momento a Carlos Alberto Nacher, escritor madrynense; y a su libro "DUDOSOS RELATOS DEL GOLFO", él mejor que nadie nos habla de estas dulzuritas y, por favor, nos dejen de leer su libro, no tiene desperdicio!!
Es largo, pero VALE LA PENA...

Por si hubiera alguna duda, la primera es una foto de la ballena por dentro y las otras... por fuera...

LEYENDA: EL CANTO DE LA BALLENA

..."En el ambiente sonaba a todo volumen Get up, stand up, del mito jamaiquino (Bob Marley), cuando el cacique Pipagua cambió de repente su semblante, dejó como en un ritual el vaso de whisky a medio terminar sobre el tablón que hacía las veces de mesa y dijo:
"Esta costumbre que tienen los jóvenes como nosotros, de poner la música a todo lo que da hasta que sangren los tímpanos, proviene de una vieja historia, de cuando los primeros mortales que moraron en la tierra fueron creados por los dioses. En su magnánima benevolencia, los dioses los crearon a su imagen y les dieron muchas atribuciones, entre ellas una voz de trueno con la que podrían dominar a todas las otras criaturas de la naturaleza, seres titánicos como los gigantes de un solo ojo, los dragones de dos cabezas, los unicornios y los basiliscos, que eran tan frecuentes en esta zona. Todos ellos caían a sus pies aturdidos por esos gritos poderosos y letales.
En medio del caos que prevalecía en esos primeros tiempos, los hombres dominaban al resto de las razas. Fue entonces cuando Bilail, un druida de la escuela de Anstruth, que estaba siempre en pugna por la supremacía con la orden de los elfos de Dremkis, y que además tocaba el laúd con dos dedos y sin mirar los trastes, se puso a componer su Canción Eterna, la creación más importante con la que vencería finalmente a sus archirrivales, los elfos, se haría dueño del mundo.
Así fue como se subió a una de las bardas más grandes que existían en el Golfo Nuevo, hoy conocido como Cerro Avanzado, y mirando al cielo se puso a tañer su laúd, entonando la canción con una voz gutural que hacía temblar hasta a los tamariscos.
Cuando los dioses, que en esa época bajaban a descansar a la Isla de los Pájaros, escucharon a aquel osado mortal gritando más fuerte que el trueno y vieron en su frente dibujada la marca del egoísmo y el deseo de poder, decidieron quitarle el don del grito gutural a todos los hombres y dárselo a las ballenas, esos seres benévolos y silenciosos que no tenían más deseos que el de pasar su vida apaciblemente bajo las aguas espesas del golfo, sin molestar y sin ser molestados.
Bilail se quedó casi mudo y se tuvo que conformar con ir a cantar de vez en cuando unos insulsos boleros irlandeses a algunas de esas tabernas de mala muerte, que eran frecuentes en aquellas épocas en el golfo, acompañándose solamente con un pobre arpa de tres cuerdas y un coro de cuernos en Si bemol.
Pero el poder inaudito que les dio a las ballenas la emisión del grito gutural las cambió, y como en aquella "Rebelión en la granja" de Orwell, los cetáceos se humanizaron, se impregnaron de ambiciones, ansias, celos, hedonísmo, egoísmo y esa vieja maldad ante la capacidad para manipular la energía del Tejido del Universo con sólo desearlo.
Las ballenas gritaban y gritaban como locas, taladrando los tímpanos de todos los animales acuáticos y terrestres, que a su vez eran obligados a postrarse ante ellas y a venerarlas. Y así fue hasta que nuevamente los dioses bajaron al golfo, y al ver semejante descontrol, decidieron de una manera drástica castrar a Morddath, la ballena líder, al tiempo que le dijeroon "Por tu desobediencia, tu y toda tu estirpe serán condenados de por vida, a soportar a cada rato la presencia cercana de barcos de avistaje, llenos de turístas extranjeros y nacionales, que querrán tocarlas a toda costa y sacarles fotos, mientras ustedes deberán de vez en cuando sacar la cola y golpear el agua con fuerza para el deleite del turísmo y de los prestadores. Y además desde ahora van a hablar finito".
A partir de ese momento la naturaleza se ordenó, las ballenas volvieron a ser esas dóciles criaturas adorables que soplan para arriba y hacen monerías y los hombres del golfo cambiaron el laúd por el remo, y llevaron a los elfos a ver de cerca a los gigantes del mar, a cambio de importantes sumas de dinero..."

GRACIAS CARLOS... y después de tanta tarea, como vos recomendás en el mismo libro..., "me voy a cultivar la mente y espíritu, con el bello arte del nadísmo... osea, no hacer nada de nada...
Podré??

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