sábado, 20 de septiembre de 2008

LLEGANDO A COLONIA CAROYA...






En algún momento, uno tiene que parar...
y si no lo hacemos el cuerpo lo termina pidiendo a gritos, toces, estornudos o ... desmayos!!
Parece ser que recién vengo a enterarme que estoy colmada de cansancio y emociones MUY FUERTES... y sí, el cuerpo dijo basta.
Así que llegué a la Colonia con un hilito de voz y una toz como si hubiera sido la amante eterna de Fidel Castro (me refiero a su permanente fumada de habano... si tengo que explicar el chiste... ).
Como no podía ser menos y con más de cien chicos esperándome por la mañana y otros tantos por la tarde, allá me fuí a contar...
Tengo decenas de historias que me regalaron para contarles (al costadete irán algunas).
A la noche, el taller para docentes, y a la mañana siguiente que tenía reservado un merecido paseo por este bellísimo pueblo, donde cualquier querría quedarse a vivir entre las tardes soleadas (como ésta desde donde escribo al lado de una cascada de jazmines... ver foto... y a las dueñas de casa...) con durazneros en flor y vides prontas a explotar en verde (también va foto).
Que belleza!!

Como les decía, ahí, entrando a una panadería, para conocer su horno a leña y disfrutando de los aromas y perfumes... todo se me puso blanco, tirando a gris oscuro, empecé a escuchar las voces como si llegaran del fondo de una lata de galletitas y cuando un frío helado me envolvió... supe que eso tenía pinta de desmayo (cosa que no había experimentado nunca en mi vida!!). Teresita la directora, de la Esc. República de Italia, que me acompañaba, se puso más blanca que yo, al verme la cara...

Y se acabó el paseo!!!

Dormí todo el resto de la mañana y aunque podría seguir durmiendo dos días más... esa misma tarde fui a un lugar maravilloso.
Fue la casa de una de las viejas familias friulianas de la colonia. Hoy se llama Macadam, tienen una cava "embriagadora" que imagino al calor de una siesta de enero, deberá ser el mejor sitio para recuperar el aliento...
Allí Teresita, Fabiana y Clara, me invitaron a tomar un tecito con un exquisito grupo de escritoras caroyenses, que no dejaron nada por contar...
Ellas me regalaron, "Los años primeros de Colonia Caroya" de Efraín Bischoff; "Y ellos consiguieron el agua" de Elena Valle; y "Recuperando Vivencias y Sabores", una recopilación de historias de varias familias caroyenses.
Prometo reseña...

Por suerte conté cuentos para muchíiiiiiiiiiiiisimos chicos de las Escuelas República de Italia y de la Mariano Moreno en Puesto Viejo, invitada por sus directoras: Teresita y Clara, respectivamente.

Y como les decía al principio, el cuerpo pide paz y si no se la damos, pasa lo que pasó aquí: PARO PROVINCIAL DE TRANSPORTE EN CORDOBA !!!!!!!!!!!!! y esta narradora no pudo ir corriendo a Río Cuarto, sino que tuve que quedarme aquí, quietita, al solcito, disfrutando de escribirles, del aroma de los jazmines, y pensando en ustedes... aunque no lo crean...

No hay comentarios: